Superar una ex pareja, un ex trabajo, un ex jefe, un ex “lo que sea”, es un acto de amor a ti mismo.

Hace tiempo me llegó a consulta un hombre de aproximadamente 55 años, bastante bien parecido, de aspecto pulcro, bien vestido y realmente atractivo; ocupando un puesto como director de operaciones en la compañía para la cual trabajaba. Sin embargo, expresando sentirse totalmente devastado por un proceso de separación con su ex pareja, el cual refería como lo más doloroso que había vivido. Cuando le pregunté – ¿Cuánto llevaban separados? – Él me contestó: “Casi 6 años y no la he podido superar.” Con lágrimas en los ojos, me lanzó la pregunta: “¿Cuándo se sabe que superé a mi ex?, Quiero salir de esto y volver a enamorarme, volver a sentir el deseo de vivir. Pero no puedo, sigo agarrado de esa relación y eso me está afectando en mi trabajo y en mi vida entera.” No cabe duda que era una gran pregunta que resonaba con mi vida en muchos sentidos.

Al buscar la respuesta en mi cabeza y especialmente en mi corazón, pensé: ¡Claro! el apego de nuevo se coloca como protagonista de este encuentro de almas. Es eso que los seres humanos tenemos hacia las cosas, personas, trabajos, lugares, jefes o simplemente a eventos que nos marcan.

En mi quehacer como psicoterapeuta esta pregunta y su respuesta me hicieron recordar el espectáculo del Cirque du Soleil en las Vegas que, sin duda, ha sido de los mejores espectáculos al que he asistido. Una vez inició el acto de los trapecios, estaba yo impactada ante tal arte, la música, vestuarios increíbles llenos de atractivos colores, cuerpos impresionantemente bien trabajados, con una escenografía que atrapaba a los espectadores más exigentes; y ahí estaban estos artistas del trapecio, uno tras otro subiendo a la parte superior de esa larga escalera que los llevaría a un espacio pequeño el cual sería su base para ser impulsados a hacer sus actos más atractivos del espectáculo.

Al observar esto, noté algo que me llamó mucho la atención, el trapecista estrella pasó de estar en la base para tomar el primer trapecio, balanceándose armoniosa y cadenciosamente, pero con gran fuerza haciendo sus mejores rutinas. Acto seguido, de forma sorpresiva pero contundente, soltó sus dos manos del primer trapecio y giró la totalidad de su cuerpo para tomar el segundo trapecio, mostrando una seguridad, determinación, fuerza definida e indescriptible, con un tiempo y un ritmo que eran justos y precisos para no fallar. Todo para dar lugar a otra serie de actos que completaban el espectáculo y que lo llevarían a la estación opuesta donde lo recibirían otros compañeros, cumpliendo su rutina de tal forma que los aplausos de todo el auditorio no se hicieron esperar. Así, un trapecio lo llevo al otro y luego a su meta, haciendo su mejor ejecución.

Imagino que no les estoy contando nada nuevo que ustedes no hayan visto en algún acto circense. Sin embargo, esta anécdota nos muestra que la vida puede ser el mejor acto, o el más frustrante cuando decides no soltar con ambas manos para ir a tomar lo que sigue.

Claro que resulta doloroso soltar a una pareja que no desea estar contigo, por supuesto que resulta doloroso cuando eres despedido de un gran trabajo al que diste tanto, es muy duro soltar a un jefe que te lastimó o que daño tu autoestima laboral. Sin embargo, la vida continua y para tomar lo que sigue debes de tener la disposición, fuerza, determinación y seguridad de soltar ese “primer trapecio” con ambas manos al mismo tiempo, para ir a lo que toca en la vida, ir a un nuevo sueño, una nueva meta, una nueva relación, un nuevo trabajo, un nuevo jefe, o lo que sea que la vida te dé.

Cada entrenamiento del trapecista, cada experiencia y aprendizaje sobre su espectáculo, lo dota de seguridad y confianza para ir al siguiente acto. En cualquier caso o experiencia que atravesemos, es importante no estancarse en el pasado, si no aprovechar lo vivido y quedarse con lo mejor para mirar hacia el futuro, porque tu vida continúa. Así que mi respuesta a este hombre sobre “¿Cuándo se supera a un ex?” fue: Se supera a un ex cuando estés listo para verlos como tus grandes maestros de vida, sólo así podrás ir al siguiente nivel.

El ser humano es el único ser vivo que puede rediseñarse cuantas veces requiera, así es que nunca olvides que tu mejor acto siempre está por venir.

Y tú ¿De dónde estás agarrado sin poderte soltar?, ¿Qué te detiene para ir a más en la vida? ¿Dónde está tu apego más profundo? ¿Tienes a la vista ya un segundo trapecio?, ¿Estás dispuesto a soltar, para realizar tu mejor acto? No dudes de ti, AVANZA.

Con cariño,

Zulma